José Emilio Bellido cumplirá 37 años el próximo sábado, pero antes, el miércoles, en las pistas del estadio Gaetà Huguet de Castellón, disputará su última competición después de cerca de 20 años en la alta competición. El castellonense, que lleva 23 temporadas con su entrenador, Claudio Veneziano, y toda una vida en el Facsa Playas de Castellón, realizará su último concurso de triple salto en el Memorial José Antonio Cansino, una prueba en la que estará, entre otros, Jordan Díaz, el plusmarquista español y uno de los mejores saltadores del mundo. “La temporada está siendo difícil. Yo entreno lo mismo, pero siempre sale algo. En la pista cubierta fue un resfriado muy fuerte que me dejó muy débil y ahora es un problema en el isquio. No le veo sentido seguir si no soy capaz de saltar más de 16 metros”.
El atleta de Benicàssim cuenta esto minutos antes de irse a trabajar a la fábrica de congelados donde carga cajas en cámaras que llegan a estar a 20 grados bajo cero. Una tarea física que compagina desde hace años con los entrenamientos y a los que, dentro de poco, se sumará la paternidad. Bellido se resiste a decir adiós y fantasea con hacer la mínima para el Campeonato de España o incluso aprovechar los meses de baja para volver a entrenar. “Pero si esto no cambia mucho, el miércoles me despido”.
Sabe que será especial. Por eso, después de muchos años con números o el nombre de Bellido, el apellido paterno, en los dorsales, se ha preparado él mismo un dorsal con el segundo apellido: Marín. Un homenaje a su madre después de toda una vida de apoyo. Señal de que no confía en una recuperación milagrosa que alargue un poco más una carrera en la que brillan 16 medallas en los Campeonatos de España al aire libre y en pista cubierta. En lo que ahora se conoce como pista corta vivió su momento estelar. Con 34 años, después de haber cinco veces segundo y otras cuatro tercero, vio en el calentamiento que se tenía que retirar por unas molestias Jordan Díaz. Era su oportunidad y no la desperdició. Después de toda una vida como secundario, ganó su primer título cumplidos los 34. “Fue una alegría tremenda, aunque creo que me faltó haberme clasificado para un Europeo al aire libre”, se lamenta.
Bellido mantiene el apetito por el atletismo a los 36, pero el físico se resiste. “No me encuentro bien físicamente y no puedo hacer ni técnicas. El cuerpo no me responde. Siempre he seguido porque tienes la imaginación, en mi cabeza, de saltar bastante. Siempre saltaba 16 y pensaba en 16,60 o más. Si el objetivo es saltar 15,50 no me compensa”. Su mejor salto fue de 16,80, aunque tiene otra ‘marca’ al alcance de muy pocos: 13 años, 13 temporadas, saltando por encima de los 16 metros.
Este dato le define. Su constancia es algo que conoce de sobra su entrenador. “Siempre ha sido muy trabajador y muy humilde. Nunca ha sido uno de esos talentos que con muy poco ya salta mucho. Él, para poder saltar, ha tenido que entrenar muy duro. Y encima ha sido un chaval que cuando ha estado en la élite no se lo ha creído. Es un chico muy tranquilo y muy humilde que ha exhibido una gran fortaleza. Ha tenido momentos difíciles, como cuando se rompió el pie y volvió después de cinco meses parado. Pero nunca perdió la fe. La constancia que ha tenido a pesar de los estudios y el trabajo es digna de elogio. No ha dejado nunca de entrenar después de ocho horas de trabajo físico y perdiendo algo imprescindible, horas de descanso”, explica Veneziano.
A la escasez de tiempo y a los problemas físicos, este año le ha sumado un reto más, la ansiedad. La salud mental también se ha debilitado últimamente. Y ni aún así se ha rendido. Por eso cree tener claro cómo se le recordará en el atletismo. “Creo que como un atleta muy constante. Los jóvenes que han entrenador en nuestro grupo han podido ver el sacrificio que he hecho. La gente no sabe los obstáculos que tenemos los atletas, eso solo lo saben los entrenadores y otros atletas. Sin apenas ayudas seguimos adelante simplemente por la espezanza de saltar más y llegar a otro campeonato”.
A su lado, un ejemplo de fidelidad, Veneziano, el técnico siciliano que le cogió con 14 años y le soltará la mano con 37. “Ha sido un placer trabajar con Claudio. No solo por lo que me ha enseñado en el atletismo, también en la vida. Me ha enseñado a vivir de una forma concreta, a aprender de las personas. Mi entrenador me ha transmitido una forma de pensar. Lo que te demuestra y lo que esconden las personas para entenderlas y ayudarlas. Eso es muy importante”.
La admiración es mutua, como destaca Veneziano. “No se ha separado nunca de mí. Es alguien tan humilde y tan honesto que por eso se alegró todo el mundo cuando ganó el Campeonato de España en Ourense. Desde sus antiguos compañeros de entrenamiento hasta sus rivales. Todo el mundo vio en aquello un acto de justicia. Eso me demostró que a veces los milagros ocurren”.
Se despide un atleta que ha sido campeón de España sub20, sub23 y absoluto. Un saltador que llegó a un Europeo ‘indoor’ y que fue décimo y undécimo en el Europeo sub23. Un deportista que ha competido en más de 30 campeonato de España y que se quedó a centímetros de unos Juegos Olímpicos
Imagen Sportmedia/FACV