“Mi entrenador me incita a ir a más”, explica Víctor Ruiz, el atleta del Playas de Castellón tras su triunfo en el cross corto de Atapuerca
“Quiero descubrir donde está mi límite en el 1.500. Tengo una marca de 3’41” que puedo mejorar”, justifica el atleta de Utiel, entrenado por Pepe Ortuño. “Estoy realizando la preparación invernal como cualquier atleta. Pero el cross corto siempre se me ha dado bien”, explica Víctor Ruiz, el atleta del Playas de Castellón, para justificar su magnífica victoria en el cross corto de Atapuerca. “No fue fácil, porque ganar nunca es fácil. Máxime si tienes enfrente al recordman español de 800 metros. Pero supe esperar al final y entonces ví que tenía buenas sensaciones”, insiste Víctor Ruiz, a los 25 años, que, a día de hoy, tras estudiar la carrera de Magisterio de Educación Primaria, dedica “el 90% de su tiempo a entrenar”.
Víctor está convencido de que puede clasificarse para el Europeo de pista cubierta de Glasgow en 1.500. “He hecho 3.000 obstáculos, pero creo que mi prueba real está en el 1.500. Tengo una marca de 3’41” que creo que puedo y debo batir”, añade con la aprobación de su entrenador, Pepe Ortuño, “que siempre incide en lo psicológico. Él me recuerda que gran parte de nuestro trabajo está en la cabeza y que un atleta tiene que convencerse de lo que puede hacer. De otra manera es imposible. Todavía recuerdo el año pasado en la Copa Internacional de Edimburgo en la que me incitó a tratar a los atletas ingleses de tú a tú. Al principio, no me lo creía mucho, pero después lo hice y descubrí que Pepe llevaba razón. El resultado fue la prueba”.“Son siete años los que llevo con Pepe Ortuño de entrenador en los que nos entendemos muy bien lo que es imprescindible para que un atleta pueda rendir”, argumenta Víctor Ruiz que en la semana previa a Atapuerca bajó a 84 kilómetros, por debajo de los 100 a 125 entorno a los que oscila su preparación invernal.
“El atletismo es un examen al que hay que dedicar muchas horas. De otra manera es imposible optar a estar donde uno pretende estar. Pero a mí me gusta”, añade Víctor, que siempre agradecerá a sus hermanos mayores dedicarse a esto. “Porque ellos tenían facilidad para correr y yo iba detrás de ellos. Hoy, sin embargo, el único que se dedica a este nivel soy yo. Mi hermano trabaja de mecánico y mi hermana de secretaria”.